
domingo, 28 de diciembre de 2008
La cúpula
La cúpula de la parroquia es un sitio donde las palomas se secretean y nada las detiene más que el arete de bronce que llama a misa cada tarde


martes, 28 de octubre de 2008
miércoles, 1 de octubre de 2008
viernes, 26 de septiembre de 2008
viernes, 4 de abril de 2008
Pedro Parra
Tenía quince años cuando ya andaba sobre el techo de la parroquia. Con el tiempo fui descubriendo lugares allá arriba y ventajas de esa vista. Lo que más admiro son las campanas. Una de ellas, la grande, la que llama a misa, está marcada con el nombre del hombre que crió a mi tatarabuelo: Pedro Parra. Él y su hermano habían llegado a Tepecoacuilco durante el siglo XVIII provenientes de Tixtla. La revolución de Independencia los favoreció en muchos aspectos: económico, político, social.
Cuando se hizo de un nombre, quizo que su memoria no se perdiera. El gran arete de bronce que cuelga de la torre de la parroquia fue mandado a hacer por Parra.
Sus hijos biológicos no se quedaron en Tepecoacuilco. Rafael, huérfano de guerra, su ahijado e hijo de crianza, sí. Y aunque ahora casi nadie sabe nada de su historia, la voz de Perdo Parra sigue gritándonos al paso de los siglos cada vez que alguien llama a misa...
jueves, 27 de marzo de 2008
miércoles, 26 de marzo de 2008
Estampa de la parroquia
Casa de mi tía Carmen

Nadie los vio, a nadie azotaron, pero aquellos que escucharon sus voces no toleran siquiera las melodías de las canciones viejas.
Parroquia

Fue terminada en el siglo XIX y todo su aspecto es de ese siglo. Su fundación es vieja, es cierto, pero el edificio que hoy vemos, no.
Tuve trato con el padre Agustín por varios años, y en sus 15 como párroco hizo cambios en el atrio, la sacristía, la nave y aun en el curato que ahora nadie lamenta, pero a la larga, si redescubren el hilo de vida de Tepecoa, lo harán.
Ahora la parroquia está quebrada. Espero que el salvamento del que será objeto redescubra parte de su original belleza y parte, también, de su enterrada, derruida, saqueada, tapiada y encementada historia.
La "tierra doblada" que refirió Hernando de Estrada en 1579

Estrada decía que Tepecoacuilco estaba situado al pie del cerrillo del mismo nombre y que la tierra a la redonda era doblada pues el clima era cálido y seco. Efectivamente, aunque es mucho más fresco que Iguala, el terreno que rodea a mi pueblo tiene, todo, este aspecto. Quizá no haya cambiado demasiado y la tierra sea la misma desde que los ojos de Estrada se posaron en ella. Han pasado más de 400 años...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)